Las parejas llenan la pista, la noche ya no es tan es joven, aún así el alcohol consumido por los asistentes sigue permitiendo cierta elegancia, aunque los ánimos ya están desinhibidos, comienza la música.
A través de la pantalla del teléfono celular la luz parece más envolvente, más invasiva, más estridente, ahora las parejas se hacen anónimas, se vuelven siluetas, manchas de luz y sombra en movimiento.
La pieza registra un momento de encuentro, de sincronía, de comportamiento de seducción en el tiempo específico que dura una canción, no no recuerdo qué canción era, por eso la duda en el título.Es lo que Roland Barthes en la cámara lúcida denomina como El punctum de una fotografia: “es ese azar que en ella me despunta”. “Surge de la escena como una flecha que viene a clavarse”. El punctum “puede llenar toda la foto” (....) aunque “muy a menudo sólo es un detalle” que deviene algo proustiano: es algo íntimo y a menudo innombrable.
La accesibilidad del celular plantea muchas interrogantes sobre la validéz de las obras, habría deseado tener un mejor lente, más resolución, quizas un mejor ángulo (mi modelo tiene muchas restricciones y mi cerebro también, dicho sea de paso)... pero quizás eso me habría llevado a un resultado demasiado descriptivo, lo cual en principio no me interesaba... en fin
y para terminar con las reflexiones sobre accesibilidades este es el medio de difusión por el cual completo y comparto mi ejercicio.
FIN
